“El maldito miedo”
Por Maribel López
Nota de Redacción: Maribel López es una sicóloga
egresada de le Universidad del Centro de Oklahoma que trabaja como coordinadora
del Programa Plenitud de la Agencia Latina y es especialista en desarrollo
personal y aquí nos presenta su primera colaboración con Hola Oklahoma, con una
motivadora experiencia personal.
El 26 de Julio del 2014 a las 10:31 de la mañana de un sábado, el
universo me dio la fuente de enseñanza más grande que tengo hoy en mi vida: mi
hija. En ese momento pasaban por mi cabeza miles de preguntas: ¿Me quedará
tiempo para dormir? ¿Cómo se prepara un biberón? ¿La leche se le tiene que dar
fría o caliente? ¿Cada cuánto se debe bañar un bebe? Pero la pregunta más
grande de todas era: ¿Podré ser buena madre?
Confieso que hasta el día de hoy sigo teniendo muchas más preguntas y
más de una de ellas, siguen sin tener respuesta. El trabajo de una madre
no es nada fácil. Un día mi hija me dijo: mami mira lo que encontré. Yo no
podía ver que tenía en su mano y puso lo que traía sobre mi mano. Al
principio sentí algo frío y peludo, pero cuando pude ver exactamente lo que
era, quería aventarlo y gritar. Era una araña. Yo les tengo terror a las
arañas, pero eso mi hija no lo sabe.
A pesar de mi temor por las arañas, lo primero que vino a mi mente fue
“no le voy a pasar mis miedos a mi hija.” Lo más tranquila que pude le dije, es
una araña y a las arañas no les gusta que las toquen. Pueden ser peligrosas por
eso no se deben tocar. Puse la araña afuera de la casa y le pregunté ¿se
deben tocar las arañas? y ella me contestó, no mami.
He contado esta historia muchas veces y cada vez que la cuento creo que
yo le estaba enseñaba algo a mi hija, pero en realidad era ella quien me estaba
dando la lección a mí. Yo no hubiera podido nunca tocar una araña sino
hubiera sido por mi hija y con ello pude aprender que yo misma puedo superar
mis miedos.
“Miedos”. Podría decir que nos encontramos llenos de
miedos. Estoy convencida que los hijos llegan a nuestra vida para recordarnos
todo lo maravilloso que es vivir con amor y no en el miedo. Todos los que
tienen la dicha de ser padres podrán estar de acuerdo conmigo en que el amor
que se siente por los hijos es un sentimiento inmensamente HERMOSO. No importa
lo miserable que pueda llegar a ser tu día que una sonrisa, un beso, abrazo o
un TE AMO de tu hijo(a) no pueda curar.
Lo que sucede es que
en poco tiempo nuestros hijos terminan viviendo llenos de miedos incluso
repitiendo nuestros mismos patrones de vida. ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Qué es
lo que el maldito miedo nos está haciendo creer?
Solamente tengo
cuatro años y un par de meses viviendo la experiencia de ser madre. Tal vez la
respuesta no venga directamente de este corto tiempo. Tal vez me ha tomado 33 años
despertar de todos mis miedos. Tal vez podrían ser ambas. Llegamos a este mundo llamado “Vida” para
poder crear conciencia que estamos hechos del ingrediente más importante
“AMOR”.
Cuando llegamos a
este mundo comenzamos a almacenar experiencias, creencias y emociones de todo y
TODOS lo que nos rodea. Es cuando comienza nuestra programación errónea de lo
que no somos. Y llegamos a vivir una vida ya programada. Pocos corren con la
suerte de tener padres ya despiertos, otros, como YO, nos toca despertar.
Mas sin embargo,
Dios es tan sabio que te pone en experiencias para que recuerdes quién eres en
realidad. Cada uno de nosotros tiene sus propias experiencias y propósitos de
vida. No es ni antes, no es después. Será en el momento correcto cuando te
toque despertar. A partir de ahí comenzaras a VIVIR.
Tendrás una vida
más consiente, donde juzgar a los demás no vale la pena. Donde no importan las
decisiones que tomes siempre estarás consiente que habrá consecuencias.
Recordaras que no existe expresión más maravillosa que ser tú mismo y que TODO
absolutamente TODO lo que entregues al universo será devuelto.