A Dios rogando y con el mazo dando...
Por: Carlos Ortiz
Tengo
demasiados amigos pastores y religiosos, por eso no me da miedo perder algunos
por mis ideas.
Seguramente
serán aquellos a los que la intolerancia les ha entumecido el corazón.
Hace unos
días una persona de la comunidad se me acercó para comentarme que su Pastor
hablaba muy “feo” sobre la gente inmigrante, sobre quienes los ayudan.
Especialmente
contra aquellos que promueven las llamadas Ciudades Santuario.
Una de
ellas, cuyo nombre no importa un pepino, critica en nuestras páginas a la
entonces candidata al Concejo de la Ciudad de Bethany, Amanda Sandoval, por
haber defendido las ciudades santuario y otra, casi en éxtasis, dice que ya lo
sospechaba, seguramente por el color de su piel.
Y más aún,
llama a nuestra publicación “no conservadora”, como si esto fuese un insulto.
Hoy estas personas
han de saborear su propia bilis, pues Amanda, esta chica hispana que es un
ejemplo para muchos y que habla un perfecto español además del inglés, pese a
haber nacido en Oklahoma, es la nueva concejal de Bethany.
Hay quienes
usan la etiqueta de ser hispano solamente para ganar ubicación y con zalamerías
se hacen “lideres” de una comunidad, a la que ni siquiera entienden porque no
saben hablar español o al menos no entienden bien.
Pero claro,
para los premios, reconocimientos y nombramientos no se necesita eso. Toda su
hispanidad la dicen en inglés.
La división
que proviene desde la más alta esfera de gobierno desde hace dos años ha hecho
que en este país los extremistas de ambos lados saquen la cara como las
tortugas lo hacen de su caparazón.
No
comprendo como una persona que se dice cristiana puede almacenar tanto odio
contra los que no piensan como ellos o los que no hayan nacido aquí.
Negarle
validez a un líder auténtico que no usa su apellido castizo para reclamar
espacio político o económico, sino para defender a los más necesitados, es poco
menos que canalla y muy poco cristiano.
Porque para
los que ya se salivan pensando en mandar a Amanda a su país, les damos la buena
noticia de que ella ya está en él. Nacida en Oklahoma, la joven hispana -de
verdad- es ahora una concejal electa y, Dios mediante, está en camino a
posiciones para las cuales El mismo la ha preparado.
Conozco
muchos pastores que han tenido que hablar fuerte y con valentía frente a las
cúpulas de sus iglesias aquí mismo en Oklahoma, para reclamar un mejor trato
para los fieles hispanos. Conozco a quienes no se auto titulan ni líderes, ni
periodistas, ni elegidos, sino que humildad enseñan las bases del verdadero
cristianismo, aquel que nos habla de amar a nuestros semejantes, como Dios nos
ama a TODOS nosotros, sin distinción entre tarjeta verde y matrícula consular.
Por eso mi
consejo a este buen señor que nos dio la voz de alarma sobre estos malos
pastores, fue simple: Denúncialo. El silencio frente al buso es simplemente
complicidad.
Pararse
frente al púlpito en nombre del Señor para reclamar que se persigan a las
ciudades santuario y a las familias inmigrantes, es propio de los tiempos de
Trump, pero no en la supuesta casa de Dios.