Hola Oklahoma

 

Cuando calienta el sol

 

March 15, 2019
Cuando calienta el sol


Por: Carlos Ortiz



La anunciada llegada de Luis Miguel a Oklahoma ha levantado una ola de comentarios en la internet. Sin embargo, esa no es la única tormenta que se cierne sobre el cielo de nuestro estado.

Con el mes de abril ya en la puerta, la temporada de lluvias, truenos y tormentas más estruendosas que la voz del solecito, amenazan este año con llegar a niveles muy peligrosos.

Y no hay que ser meteorólogo o parecerlo para predecir lo que parece una realidad anunciada.

Solamente mentes obtusas y doblegadas a mantener los intereses de empresas que se oponen al cuidado del medio ambiente pueden cerrar los ojos a lo que viene pasando en los últimos años en los patrones climatológicos del mundo.

Y Oklahoma no es ajena a estos cambios.

Tradicionalmente el mes de abril nos ha traído las peores desgracias en lo referente a tornados y tormentas fatales.

Y siempre que eso sucedió, han pasado muchos años luego de la tragedia y poco o nada se ha logrado en la tarea de organizar a las comunidades para enfrentar, preparados, a lo que es inevitable.

Cuando la tragedia sucedió en Oklahoma, entusiastas de las cámaras fotográficas se auto titularon líderes en Defensa Civil y así se presentaron a alcaldes y gobernadores, para lograr cimentar su posición en la sociedad. O al menos continuar maquillándola.

¿Qué se ha logrado desde las tragedias que arrebataron las vidas de las familias guatemaltecas -las familias Santos y Chicoj- en la Ciudad de Oklahoma el 31 de mayo del 2013?

Recuerdo que hubo reuniones del liderazgo hispano que más parecían campañas de Relaciones Públicas de las entidades de proteger la vida de todos los ciudadanos residentes en Oklahoma.

De ellas nacieron también, por supuesto nombramientos de latinos en estas entidades para mejorar los servicios para con nuestra comunidad y sobre todo para facilitar la comunicación con la población que no domina el idioma inglés.

Incluso las empresas dedicadas a las comunicaciones hicieron un mea culpa y uno que otro aviso de servicio público apareció espontáneamente por allí.

Pero cuando los flashes de las cámaras cesaron, acabaron también las urgencias. Y nos dedicamos a buscar otras materias en las cuales brillar.

Lo cierto es que gracias a leyes incomprensibles continuamos sin tener una guía adecuada para salvar las vidas de nuestras familias en caso de emergencia. No hay que olvidar que muchos locales que podrían proteger en sus instalaciones a familias en peligro de muerte mantienen sus puertas cerradas debido a las implicancias de responsabilidad civil en caso de daños a la vida o salud de quienes allí busquen refugio.

La ex gobernadora Mary Fallín trató de liberar de responsabilidad a los negocios u organizaciones que abran sus puertas para refugiar potenciales víctimas en caso de tornados o tormentas, pero poco o nada se sabe de la implementación de verdaderas fortalezas que podrían salvar muchas vidas.

Y en el caso de los hispanos que todavía están en desventaja frente a una situación como esta por la falta de dominio del idioma o por ignorar las leyes y normas locales, nada parece haber mejorado

Una de las propuestas nunca escuchadas fue la de incluir mapas de los lugares de albergue y refugio en las facturas de servicios como los eléctricos y de agua y desagüe, pues estos son casi los únicos que se siguen repartiendo por correo a todos los hogares en nuestras ciudades. Mensaje que debería ser bilingüe.

Lo cierto es que para cuando llegue Luismi a Oklahoma, ya va haber pasado buena parte de la temporada oficial de tornados en Oklahoma.

Esperamos que lo recibamos sin ninguna novedad en este tema y con ganas de cantar su canción sobre el verano que ya llega.

Foto: FEMA, Win Henderson