Mi querida abuela…
Joven de raíces Chapinas rinde homenaje al amor de su vida…
Redacción local
La unidad
familiar, el amor incondicional por los que se quedaron atrás en la casa vieja,
en nuestro país de origen, es algo que nos une a los inmigrantes. Es un eslabón
que compartimos orgullosos de nuestras raíces y de nuestra gente. Para el joven
Eric de León -estudiante de Higiene dental- quien nació en la Ciudad de
Oklahoma en 1993, estos sentimientos lo hacen compartir el amor que profesa por
su abuela Clotilde de 90 años. Aquí el homenaje de un nieto enamorado.
Entre miles de otras abuelas, Cleotilde De León Maldonado es la más tan
linda y cariñosa joven de tan solo 90 anitos. Ella es mi abuelita.
Cleotilde nació un 4 de abril de 1929 en el bello país de la eterna
primavera, Guatemala. Estuvo casada por 50 años con quien en vida fue Justo De
León, mi abuelo. Enviudó a los 60 años, luego de que mi abuelo falleciera en
1990, después de padecer una infección pulmonar.
Desde entonces ella ha sido como madre y padre de trece hijos; cinco
mujeres y ocho hombres de los cuales han nacido 35 nietos y 35 bisnietos.
A través del tiempo, ella ha sufrido muchos, especialmente por el hecho
que cinco de sus hijos también han fallecido. Ella ha tenido y nos ha enseñado
un gran valor para sepultarlos y seguir adelante con su vida y no rendirse por
los 8 hijos que le quedaron; por sus nietos y bisnietos.
Desde que enviudo ella tuvo que trabajar en el campo para darles el pan
de cada día a sus hijos, sacarlos adelante y tuvieran un mejor futuro.
El 2018 fue diagnosticada con “Alzheimer” un tipo de demencia que causa
problemas con la memoria, pensamientos y el comportamiento de la persona. En
menos de un año esta demencia ha tomado control de Cleotilde y tristemente ella
ha decaído demasiado.
Muchos pensaban que no llegaría a sus 90 años el pasado mes de abril,
pero gracias a Dios y todas las personas que rezan por ella, aun la tenemos con
nosotros.
A ella le encantaba bailar, cantar, hacer reír a las demás personas.
Hasta antes de su enfermedad, era muy interactiva le encantaba caminar e
ir a la iglesia cada domingo por la mañana y dar buenos consejos a la familia y
todos los que la conocían.
Pero entonces fue que ella comenzó a decaer. Se le empezó a borrar todo
de su mente: sus hijos, sus nombres, en donde estaba, sus recuerdos.
Pero no completamente todo:
Cada vez que la gente llega a verla y comienza a orar por su mejoría,
ella se suma a ellos y comienza a rezar en conjunto. No da el ejemplo que lo
último que nos queda a todos en la vida es el poder de la oración.
Ella hace esfuerzos titánicos para poder caminar, para seguir en la
lucha por la vida. Mi abuela es una mujer fuerte que nos ha ensenado siempre a
no darnos por vencidos por más dura sea la situación y trabajar duro por lo que
queremos en la vida.
Hoy he querido compartir este agradecimiento a Dios por haber puesto a
esta mujer ejemplar en nuestras vidas, que estoy seguro tiene mucho en común
con todas nuestras abuelitas que se quedaron en las casas viejas, en nuestros
países de origen.
Gracias abuelita por todo. La queremos mucho.
Tu nieto Eric De León