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Hablando Chino

 

May 17, 2019
Hablando Chino

Debo comenzar por reconocer que no soy economista, ni mucho menos.

Es más, creo que es el área que domino menos, especialmente cuando se trata de fórmulas económicas y de macroeconomía, que es la teoría económica encargada de estudiar los indicadores globales de la economía y la interrelación de países en este campo.

Hasta cierto punto la economía, es pues, idioma chino para mí.

El problema es cuando gente adulta no tiene la humildad de reconocer sus carencias y dejar en mano de especialistas el manejo de estos temas.

La catástrofe llega cuando esa persona -un adulto mayor- tiene el título de presidente de la nación más poderosa del mundo.

Entonces se desatan las llamadas guerras económicas o nuevas guerras frías, en las que dos países se aplican sanciones económicas mutuas con el fin de sacar ventaja en la interrelación comercial. Es decir, tratar de inclinar la llamada Balanza Comercial más hacia un lado que al otro.

Las llamadas “tarifas” o aranceles que el presidente Donald Trump ha impuesto a los productos comerciales chinos que ingresen a nuestro país, han sido anunciadas por el mandatario como una medida de hacer que China pague en contante y sonante por el derecho de comerciar con los EE.UU.

“Finalmente China pagará miles de millones de dólares”, ha dicho hasta el cansancio Trump.

Pero no es así.

Aplicando estos aranceles, que no son otra cosa que impuestos, la palabra maldita por los republicanos, no se castiga solamente a los chinos.

En realidad, es un castigo a los bolsillos de los norteamericanos incluyendo por supuesto a sus servidores inmigrantes, con documentos o no.

Y es que cuando vayamos a comprar al Walmart de OKC -que tiene como un 70% de productos chinos- usted y yo pagaremos más gracias a la valentía presidencial.

Y esto tampoco lo decimos nosotros nada más.

Tras el anuncio presidencial de que China pagaría miles de millones de dólares gracias a la ideota del presidente, su propio Asesor Económico, Larry Kudlow reconoció públicamente que serán los consumidores norteamericanos los que paguen esta factura.

El remezón desatado por el desatino económico de la Casa Blanca ya alcanzó a Wall Street con un desplome de más de 600 puntos en la bolsa de valores norteamericana, el más preciado logro de la administración de Donald Trump.

Esto no es visto con buenos ojos por los analistas políticos que creen que, si esta tendencia se mantiene, el mismo presidente estaría minando sus posibilidades de reelección pues la economía es su mejor y tal vez su único logro en estos dos años de gobierno.

Los aranceles afectan mercaderías como ropa, calzados, juguetes y productos electrónicos como iPhone, en el lado de las importaciones de China.

Por otra parte, las exportaciones americanas, especialmente en el sector de la agricultura costarán millones de dólares a los agricultores norteamericanos por los aranceles dispuestos en respuesta del gobierno Chino.

Pero lo peor de todo es que, según otros analistas económicos, estos pasos en falso y apresurados del Presidente Trump podría costarle a los EE.UU. cerca de medio punto porcentual en el crecimiento económico anual y más de 300 mil empleos.

Algo que los más de 20 candidatos presidenciales demócratas y al menos uno republicano están mirando con bastante atención.

Por: Carlos Ortiz