Hola Oklahoma

 

Una sonrisa, por favor...

 

September 13, 2019
Una sonrisa, por favor...

Por Carlos Ortiz

 

Hace algunos meses un lector me reclamó porqué escribía temas “sin importancia” en algunos de nuestros editoriales.

Me pareció un reclamo muy interesante y le presté la atención que deberían darle algunos dueños de restaurantes a las personas quejumbrosas.

Y es que cliente que se queja es uno al que le interesa la calidad del servicio y espera que lo mejoren para cuando regrese. Cliente insatisfecho que no se queja, jamás regresa.

Los temas “sin importancia” son algunos como este y los periodistas los escriben con la esperanza de enseñar algo, de educar, de compartir.

El periodismo no solamente es repetir las notas rojas de los departamentos policiales, asistir a pegajosas conferencias de prensa o hacer de las cámaras una fábrica interminable de “selfies”.

Si, el periodismo también educa.

Por eso quería hoy compartir con ustedes una experiencia diaria que nos podría hacer mejores personas, a partir de hoy mismo: Sonreír.

Cuando llegamos a la Ciudad de Oklahoma hace ya casi 30 años, uno de sus encantos para que decidiéramos hace de ella nuestro hogar, fue la amabilidad de su gente, incluidos los hispanos que ya estaban aquí.

Recuerdo mucho el haber sido ayudado en mis inicios como Okie tanto por hispanos que ya vivían por algunos calendarios aquí, como por oklahomenses autóctonos a los que acababa de conocer.

Claro que habían de los otros también, de aquellos que hoy han vuelto salir del closet del racismo, pero de esos no vamos a hablar ahora.

Mejor nos enfocamos en el 51% o un poco más de gente que hace que este sea un gran estado. Lo que me llamó la atención de ellos fue la facilidad que tenían para el intercambio de sonrisas.

Cuando nos cruzábamos con alguien en el Centro Comercial Shepherd Mall, creo que no es exagerar que 7 de cada 10 personas te sonreían tan solo al pasar cerca tuyo.

El caso de los hispanos era aún mejor: En ese mismo lugar conocí a muchos que tras el protocolo de la sonrisa y saludo, casi siempre llegaba la pregunta que “de dónde éramos” y otras más, dependiendo de la ocasión y de los interlocutores.

La sonrisa era lo que hoy es la foto del perfil de las redes sociales.

Pero felizmente esa sana costumbre no ha muerto aún.

En tiempos en los que la intolerancia contra los inmigrantes es todo un estilo de vida para muchos en ese 49% del que hablábamos antes, la sonrisa es para muchos en Oklahoma una especie de marbete de amistad.

Personas con esa sonrisa a flor de labios, pueden ser quienes decidan en las próximas elecciones si Oklahoma va a optar por el odio racial o finalmente va a voltear la tortilla política y darle la oportunidad a quienes, si apuestan por la inclusión y si reconocen que esta nueva Oklahoma está siendo construida con manos latinas y el progreso económico es también gracias a capitales y consumos del mismo origen.

Por eso a sonreír más, para conocer gente buena que apueste por nosotros, para tratarnos bien entre nosotros mismo y sobre todo para enseñarles a nuestros hijos que somos la gran familia hispana de esta nuestra Oklahoma. 

Un tema que, aunque parezca mentira es más importante que muchos otros...