Hola Oklahoma

 

¡Es la inmigración, estúpido!

 

March 05, 2020
¡Es la inmigración, estúpido!

Por: Carlos Ortiz

 

Hace algunos días ensayamos una encuesta en las redes sociales, preguntando en voz alta sobre quién fue el mejor presidente de los Estados Unidos, para con los hispanos.

La respuesta fue contundente y no, no fue Barack Obama, quien solo se llevó un lejano segundo puesto.

El ganador fue de lejos el presidente Ronald Reagan.

El resultado de la encuesta solo confirma lo que todos, menos los propios republicanos saben: ¡Es la inmigración, estúpido! Podríamos decir parafraseando a James Carville, el asesor de Bill Clinton en la campaña presidencial del 92.

Y es que a Reagan se le agradece la ley de Amnistía, llamada IRCA por sus iniciales en inglés, que posibilitó -oficialmente- que casi 3 millones de inmigrantes regularizaran su estado migratorio y eventualmente consiguieran la ansiada ciudadanía.

Casi 34 años después, hay quienes creen que la amnistía no fue precisamente positiva para los hispanos, pero son muchos más, incluidos muchos hispanos demócratas, los que viven agradecidos con el presidente número 40 de los Estados Unidos.

Y eso es algo que las nuevas generaciones -y las viejas con una combinación de Alzheimer político y renacimiento racista en la era Trump- parecen haber olvidado.

Intelectos normales a nivel estadista, comprendieron siempre que la base electoral Hispana está unida con una baba inmigrante.

El propio Reagan y los dos Bush, fueron presidentes que no solo trataron bien, al menos de boca para afuera, a los hispanos, sino que dieron leyes que trataron de aliviar la pesada carga de inmigración indocumentada.

Hasta que llegó Donald Trump.

Y todo el partido de los elefantes se contagió o re descubrió sus verdaderos colores cuando escuchó aquello de que todos somos asesinos y violadores, de boca del 45.

Y si ahora da pena ver gente que antes hablaba en favor del sufrimiento inmigrante desde un punto de vista cristiano, como el Senador James Lankford, usen hoy solo el lenguaje de Trump para asegurar sus curules y el favor presidencial.

Porque al hacerlo no solo empeñan su palabra y verdadera fe, por seguir contando con las bases trumpetistas especialmente en el interior de Oklahoma, sino que cancelan cualquier posibilidad en el futuro de sus propias vidas políticas, olvidando que aún en el supuesto negado que Trump gane las elecciones de noviembre, hay toda una vida por vivir después de él.

Y olvidan también que, así como los hispanos estamos unidos en el rechazo electoral a un presidente que no nos quiere, superado el tema de la inmigración, la balanza se equilibraría casi de inmediato, sino se inclina hacia sectores conservadores más coincidentes con el pensamiento de la mayoría de los hispanos, especialmente mexicanos.

Otra de las razones por las cuáles Reagan estuvo al tope de las preferencias.