Jaque Mate
Por: Alejandra Paz (*)
El día que el mundo se paró, la naturaleza habló:
somos frágiles como el cristal que se rompe e increíblemente inconscientes como
para ser el creador y portador del virus COVID-19, el cual ha cobrado la vida
de más de 30 mil personas, según datos OMS y se ha extendido a 29 lugares fuera
de China, lugar donde se originó.
“Hoy se caen los poderes individuales y mundiales y no
hay cargo ni dinero que valga, todos somos iguales”. Desde el pueblito más
remoto hasta la Gran Manzana están en Jaque mate, todo se vino abajo, desde la
economía hasta el disfrute. Nadie se mueve, nadie se toca, nadie trabaja. El
gran Coronavirus ha hecho una jugada maestra que, a simple vista, parece, que
apagó al mundo; atrapados y sin escapatoria. ¡Pues Hombre! Vaya que esto parece
sacado de una serie de Netflix o mejor aún de una historia de Agatha Christie,
donde se nos ha puesto en el centro. Somos los actores principales y el punto
de partida de la historia.
Ok, actores listos, cámara, sonido, 123, acción:
¡Pará Diego, pará! Y silencia tanta amargura que toda
pena se cura.
No es el fin del mundo ni mucho menos la peor tragedia
de la humanidad, y si no me crees, pregúntale a los sobrevivientes del
Holocausto, de la bomba de Hiroshima y así sucesivamente ... lo que quiero
decir con esto, Diego, es que hagas un stop y te detengas a ver lo que
realmente está pasando en el mundo, no es solo un virus y ya, que va a pasar en
unos meses y listo, tu vida se resuelve y todo vuelve a la normalidad , no
Diego, no, ese no es el problema, el problema viene de adentro, de nuestro
interior.
- Acaso Diego no te has preguntado cómo es eso que no
puedes salir de casa, que te tienes que guardar, ¿y encerrar por un tiempo y
que en ese tiempo solo estarás contigo mismo? Pero de verdad, Diego, ¿no los
ves? – Qué desafío más grande nos has dado este virus de viajar a nuestro
interior y observar nuestros vacíos y miedos-, ¡Vaya, que tarea más grande tenemos!
-
Estimado, ha llegado la hora de conectarnos con nuestro
ser, de reconocernos y aceptar eso que está mal en nuestra vida y sin embargo lo
negamos a toda costa, creando mecanismos de fuga (adicción al trabajo, hobbies,
disfrute) solo para olvidar nuestros problemas. No obstante, cuando todo eso
termina haz de lidiar con tu vida, tu verdad, y lo peor, que esta rutina se
sigue repitiendo por la sencilla razón que no tenemos el coraje de asumir un
compromiso con nosotros mismo y por tal motivo vemos esta cuarentena eterna,
aburrida y hasta molesta, porque aun cuando estemos en casa y con tiempo para
reflexionar no queremos enfrentarnos y aceptar que algo está mal y debemos solucionarlo.
Ahora entiendes,
que esto no es solo un virus y ya, no, claro que no lo es Diego. La verdad es
que este Coronavirus, bendito virus, nos está dando la oportunidad de ir al
fondo y a la médula de nuestro ser y hasta sensato es. Nos aísla para no caer
en distracciones y nos guarda para ver lo que hay en nuestra mente y corazón.
Repito, bendito virus que nos recuerda la importancia de cultivar nuestro
interior, de conocernos y hacernos fuerte internamente para afrontar a la vida
como es, sin tanto juicio y con más consciencia.
Diego, el problema del hombre siempre ha sido el mismo
, su búsqueda insaciable de seguridad y placer, ojo, eso no está mal cuando nos
aceptamos y estamos bien con la persona que ya somos, el problema radica cuando
esa búsqueda de algo o alguien, es un mecanismo de fuga para olvidar y esconder
lo insatisfecho que estamos, porque sufrimos
con la visión de lo que somos, por eso
nos desconectamos y empezamos esa búsqueda de cosas, de poder, de
relaciones y placeres para huir de
nosotros mismos y nos engañamos diciéndonos cuando tenga tal cosa, objeto, persona o
empleo voy a ser feliz y la realidad no
es así. No hay nada externo que nos pueda llenar, la felicidad nunca puede ser
una condición externa, toda causa de felicidad debe estar en la persona que ya
somos.
Para finalizar querido Diego, quiero decirte que aproveches
esta estadía larga en casa para reflexionar y empezar tu búsqueda del autoconocimiento,
de la integridad, de hacer las cosas por ti mismo, siendo lo que eres, con tus
valores, con tu esencia. Pero, sobre todo, Diego, ten el valor de liberarte de
todos tus miedos e inseguridades que te impiden ser la persona que anhelas y
sueñas convertirte. También quiero recordarte mi Diego que esto pasará y ojalá salgamos
más evolucionados, como el Ave Fénix que renace de sus propias cenizas. Gracias
Diego por representarnos a todos en este momento, te ha salido relindo tu
personaje. Nos vemos en una nueva historia.
(*) Alejandra Paz es una periodista profesional venezolana que reside en Oklahoma y colabora con Hola Oklahoma.
La periodista Alejandra Paz, autora de esta nota.