Hola Oklahoma

 

No bueno, señor Trump...

 

April 02, 2020
No bueno, señor Trump...

Por: Carlos Ortiz


Dicen que los tiempos difíciles, las grandes tragedias revelan lo mejor y lo peor de los seres humanos.

En medio de esta pandemia, es reconfortante ser testigos día a día del heroísmo de miles de trabajadores de la salud, policías, choferes de camiones, trabajadores de supermercados, en fin, la lista de héroes es larga.

Pero también revela nuestros peores males, como individuos y como sociedad.

Como, por ejemplo, el terrible castigo que este gobierno le aplica a los indocumentados, en medio de la pandemia que nos estremece a todos por igual.

El gobierno de un partido que se dice a si mismo temeroso de Dios, va a permitir que millones de seres humanos, padres de familia, niños, viejos, trabajadores y incapacitados sufran, nos solo los efectos de esta maldita enfermedad, sino el hambre y el desprecio económico.

Ellos no son considerados para recibir ningún tipo de apoyo económico. Cero. Nada.

Gigante hipocresía de una sociedad encabezada por un presidente que dicta estas leyes con cara de desprecio por los inmigrantes de color marrón, y políticos de todos los niveles y de todos los colores que permiten que esto pase sin una gota de vergüenza.

Paradójicamente, los tomates de la ensalada que el Señor Trump y el Señor Pence -que tanto ama a nuestro creador- comerán durante su dorada cuarentena, habrán sido cosechados por manos morenas de inmigrantes que seguramente, como lo saben ellos y el 90% de este país, son indocumentados.

En momentos como estos y durante esta cuarentena que hace hervir nuestros pensamientos y exacerba nuestros sentimientos, me da una profunda rabia el ver esta injusticia y quiero combatirla con las únicas armas que tengo: Mis palabras, aunque se vayan al vacío de la indiferencia de un público que en la internet más se emociona con un par de piernas de cualquier tipo o por las banalidades del poder.

No es justo, señor presidente, que los que tenemos la suerte de tener esos papeles ansiados, disfrutemos del salvavidas económico, mientras miles de nuestros hermanos vayan a sufrir viendo a sus hijos pasar hambre y – Dios no lo quiera- hasta morir en el país más rico del mundo.

No es justo que ellos sean precisamente los obreros que siguen trabajando para salvar lo que queda de la economía, los asistentes de la salud que exponen su vida por salvar la de los que si tienen papeles y los que llevan y traen nuestros alimentos por las carreteras del país, solo por nombrar las una y mil ocupaciones en las que trabajan sin detenerse gran parte de esos casi 11 millones de indocumentados condenados por ustedes.

No es justo que nuestra propia gente se haga de oídos sordos y de la vista gorda sabiendo lo que nuestra gente se prepara a sufrir.

No es justo que sean tantos los hispanos que creen en ese partido político y no digan una sola palabra para defender a nuestra gente.

Porque, así como cuando se crucificó a Cristo, no solo fueron culpables los que lo pusieron en la cruz, sino los que lo ordenaron y los que callaron, así la historia un día juzgará a quienes, durante la peor crisis humana de la historia moderna, condenaron a millones al hambre, por sus papeles, mientras dejaban de salir de las cárceles a cientos de criminales, por cuestión de humanidad en los tiempos del Coronavirus.