Hola Oklahoma

 

El incómodo elefante en la habitación

 

September 30, 2020
El incómodo elefante en la habitación

Por: Libni Coffman (*)

 

Tiempos oscuros estamos viviendo. Desde la falta de compasión, empatía y representatividad,  hasta la violencia institucional. Son elementos que persisten y matizan el territorio nacional. 

Aquí en Estados Unidos, mientras latinos y otros inmigrantes siguen ahogándose tratando de nadar hasta las fronteras tenemos este gran “elefante en la habitación” sobre el que deberíamos empezar a incomodarnos pero que evitamos a toda costa. Este tema espinoso que todos conocen pero del que nadie se atreve a hablar, el tema del que se debería estar llegando a una solución pero sigue frenado por el repugnante “aquí no frijolero mexicano” “aquí no negro”, simplemente seguimos fingiendo que no existe.  

Los entrenamientos sobre diversidad que se enfocan en educar a los participantes sobre el privilegio blanco, la teoría crítica de la raza y los orígenes racistas de los Estados Unidos aparentemente “crean” “división y resentimiento” entre los empleados federales según el Presidente Trump; quien hace dos días prohibió a las agencias federales realizar capacitaciones sobre sensibilidad cultural porque, según el informe, son "propaganda divisiva y antiamericana".

¿Nos sorprende? La verdad no, lo que es preocupante es que Estados Unidos sigue con esta costumbre de evitar el pasado oscuro del país. Evadir el problema no hará que desaparezca, al contrario, se volverá más insidioso y resistente a medida que pasen los años.

Hace algunos meses, específicamente en junio del 2020, parecía que Estados Unidos estaba finalmente dispuesto a mirarse en el espejo, reconocer el pasado y comenzar el largo proceso para enmendar y avanzar hacia un punto de reconciliación y sanidad en este tema. Se estaba comenzando a construir una base para el progreso, pero con el reciente anuncio de la administración Trump, la equidad racial por la que el país ha estado luchando simplemente seguirá estancada.

¿Por qué seguimos ignorando al elefante en la habitación? 

Simplemente porque incomoda. El racismo lo ven todos pero fingen que no.  La comodidad no produce cambios, la incomodidad sí y la mayoría de las veces comienza o explota con un catalizador que lo provoque. Si nos quedamos callados ante los temas de supremacía blanca y anti-hispanidad nos quedaremos estancados. Detener la conversación no servirá de nada.

Empieza por escuchar e informarte, antes de saltar a conclusiones sobre discusiones raciales o étnicas, escucha a personas que piensan diferente, de manera que amplíes tu perspectiva y entiendas sus posiciones. Expande tu bagaje cultural, ¿Cuándo fue la última vez que leíste un libro escrito por alguna persona indígena? ¿Cuándo fue la última vez que visitaste un museo de historia afroamericana? ¿Has visitado otros países? 

 

Por otra parte es necesario entender y enfrentar la historia de este país. Contar la verdad, buscar la verdad. ¿Has escuchado la frase? “Quien no aprende de la historia está condenado a repetirla”.  Todavía hay personas que piensan que la esclavitud no existió o que fue sólo una pequeña manchita que sucedió hace tanto tiempo que no vale la pena examinarla. Pero aún podemos ver banderas y símbolos de la confederación en muchísimas ciudades del país. A pesar de que la esclavitud fue una de las mayores atrocidades humanas que jamás hayan ocurrido, Estados Unidos todavía contiene muchas reliquias de este pasado no tan antiguo. Si no reconocemos el impacto de los errores cometidos antes como fueron el privilegio racial, no podemos avanzar hacia la equidad y oportunidades para todos.

 

El sueño americano se nos escapa entre los dedos poco a poco. Por generaciones los americanos negros, los nativos norteamericanos y los inmigrantes nunca han sido incluidos en nuestra democracia ni en las decisiones importantes del país.

La igualdad se ha malentendido; nunca vamos a ser iguales porque no somos iguales ni necesitamos serlo, es en la diversidad donde está nuestra riqueza y fortaleza. La igualdad no arregla el maltrato, no arregla el odio, no va a bajar las banderas confederadas. La educación y entrenamiento acerca de la historia de este país sí, la comprensión cultural de las razas y etnias que conforman este gran territorio de inmigrantes sí, corregir los sistemas que han permitido un trato injusto, sí.  Es necesario educar, entrenar, conversar, entrar en los zapatos del vecino por un momento para continuar con el progreso y…. ¿Por qué no? También compasión por el menos afortunado.

Quizás sea hora de aprender de todos los errores cometidos a lo largo de esta historia de racismo y conflicto, tanto durante la colonización como de la “descolonización”. Porque…… será incómodo reconocer al elefante en la habitación, pero verlo de frente es el único camino que nos llevará a tomar decisiones que reviertan las faltas del pasado.

(*) Libni Coffman es una periodista mexicana residente en Oklahoma.