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La Otra Caravana

 

December 12, 2018
La Otra Caravana

Por: Carlos Ortiz. Este martes 6 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones más importantes en los últimos tiempos. Esa es una frase que seguramente usted ha escuchado muchas veces.

Y aunque a veces suena ya como una verdad de Perogrullo, votar en estas elecciones es casi, casi, una cuestión de vida o muerte.

No solamente para proteger la vida de millones de inmigrantes a los que cobardemente se les está utilizando como carne de cañón para una elecciones donde de un momento a otro, el foco de la atención pasó del comportamiento presidencial, de los insultos a las minorías, de las traiciones junto a los espías rusos, de actos y pactos de silencio vergonzantes con actrices pornográficas, del constante acoso “twiterizado”, al llamado presidencial a las armas para “proteger” la frontera de la invasión de 7 mil hombres desvalidos, mujeres y niños que marchan sin destino por México, en busca de la vida.

Llamado al que se han unido -usted lo puede ver en las redes sociales- grupos de odio que esperan la menor “orden” o palabra de aliento del Presidente, para desatar su sed de sangre en la frontera.

Frases como “fuego a discreción”, “que los que vienen sepan que los recibiremos con plomo”, “Soldados, mantengan sus posiciones, la horda de zombies está muy cerca”, “Disparar al primero que cruce la frontera y seguir haciéndolo tantas veces sea necesario”.

Estas son solo algunas de los llamados que vienen haciéndose por miles en las redes sociales que informan sobre la famosa “Caravana” de inmigrantes que viene de Honduras.

Esta es la respuesta de los “patriotas” al azuzamiento presidencial, en medio de asesinos en serie que al menos en el caso del terrorista de las bombas por correo, son declarados seguidores del millonario presidente auto titulado “Nacionalista”. La Caravana de ilusos inmigrantes no beneficia a nadie en el lado de los defensores de los derechos de los inmigrantes en los Estados Unidos.

No beneficia porque no tiene sentido alguno.

Nadie puede pretender que, en medio de la gritería ultraderechista, es inteligente o viable juntar a estas pobres familias para que viajen titánicas distancias anunciando su próximo intento de cruzar la frontera México americana.

Ni siquiera los propios marchantes creen que es posible que se les conceda el paso en la frontera.

¿Entonces quien se beneficia? ¿Quién ha organizado todo este barullo sin destino?

Pues para entender eso no hay que ser un genio en política.

Ante a amenaza de la ola de votos demócratas para retomar el Congreso norteamericano, esta es una estrategia que ya ha logrado levantar las iras “patrioteras” en quienes ven esto como una invasión.

Por eso es por lo que la respuesta de la sociedad civilizada debe pasar por una reflexión electoral que incluya la concurrencia masiva a las urnas para votar a favor de aquellos candidatos que ofrezcan por lo menos el respeto a la dignidad de todas las personas y en contra de quienes propugnes el odio racial y la xenofobia.

Si al presidente le ha funcionado azuzar las bajas pasiones entre sus seguidores, para despertar e instar a sus votantes a salir a ejercer ese derecho este martes, a los que no comparten estas ideas no les queda otra que conformar otra caravana.

Una a la que los seguidores de Trump e instigadores de odio deben temerle con mucha más razón: La de los votantes hispanos que de una vez por todas deben despertar -bien temprano- e ir a las urnas.

A ellos no los podrán amenazar con el ejército, ni con los francotiradores de papel o de los otros.